ESTE ES EL NUEVO ROCK ARGENTINO
La última escena
Para muchos, el rock no había vivido un recambio desde comienzos de los primeros ’90, cuando surgieron muchas de las bandas que hoy llenan estadios. Pero, por fin, se huelen nuevos aires. Por expreso pedido del NO, los cantantes de Bicicletas, Doris, Los Alamos, y los platenses Norma y El Mató A Un Policía Motorizado, se juntaron a reflexionar sobre el lugar que ellos ocupan en el mundo del rock local. “Es música distinta, mejor que Fito Páez o Callejeros”, resumen.
Allá por marzo del año pasado, este suplemento se preguntaba cuándo llegaría el recambio generacional de la estirpe rockera, por qué no aparecían bandas nuevas y hasta cuándo seguiríamos asistiendo a los mismos festivales con los mismos grandes sponsors en sus marquesinas. “¿Y cuánto vale ser la banda nueva?”, se preguntaba por otro lado el Indio Solari hace casi 20 años y enumeraba una serie de hechos por los que debía pasar un rocker para salir del ostracismo. Pero al margen de la ironía del Indio, sólo las bandas conocen la dimensión del camino a recorrer para llegar a ser la banda nueva. Se sabe que el under esconde una belleza maligna: la de ser marginal, vivir abajo y a la sombra, en el barro.
Pero tarde o temprano algunas bandas deciden (y logran) enfrentar el amargo anonimato y embisten contra la crudeza de su condición. Bicicletas, Doris, Los Alamos, y los platenses Norma y El Mató a un Policía Motorizado, comparten una escena, aunque no necesariamente coinciden en sus estilos musicales, y bien saben de antros con olor a vómito y humedad. Todas tienen varios discos editados, algunos años de tocar y hace ya un tiempo sacaron sus cabezas varios metros por fuera del under.
Ellos tienen ahora la posibilidad de cambiar las tradicionales grillas y aportar un aire nuevo al rock. Aunque también hablan de lo difícil que se les hace estar solos en un mercado donde los que tienen la sartén por el mango son unos pocos (y siempre los mismos: discográficas y productores estrellas). El NO reunió a los cantantes de estas cinco bandas para disertar acerca del presente y el futuro del rock argentino (el Nuevo Rock Argentino), además de las cualidades de su propio despegue. De esta forma se dejó entrever que el ansiado recambio generacional está llegando y que son ellos quienes arrancan la hoja de un calendario musical acartonado.
–¿Llegó finalmente la renovación musical?
Chivas Agüero (Norma): –Mi opinión es que siempre hay una renovación musical, depende de la energía que haya en el momento y si la gente se lo pone a escuchar o no.
Marce Blanco (Doris): –Está llegando. Yo creo que es una gran sala de espera, porque hay una masividad en el mainstream y es muy cerrado, o sea la apuesta siempre es muy cagona, nadie apuesta a lo nuevo. Si una banda empieza a llevar mil personas a un show, de pronto el monstruo monopólico que elige lo que escucha, la gente, dice: “Me conviene, me va a dar dinero”. Pero hay un estancamiento constante. En este país, el estancamiento es la clave. En Inglaterra hay pendejos de 17 años que hacen un par de temas que están buenos y ya la prensa los explota, los revelan al toque. Acá en cambio son fórmulas hechas, y para tratar de inventar nuestras propias fórmulas hay que laburar mucho y generar tu nicho porque nadie te ayuda, por más que la prensa te dé una mano.
Julio Crivelli (Bicicletas): –La difusión es lo que importa. La gente que tiene 50 años es la que tiene más difusión, entonces es imposible renovar.
Santiago Motorizado (El Mató a un Policía Motorizado): –Igual nosotros somos una renovación musical. ¿Cómo que no? No tendremos la masividad que tiene Arbol, pero quienes llegan a nosotros están buscando algo nuevo. Por ejemplo, para el gran público lo nuevo es Infierno 18, porque vas por la calle y ves un cartel gigante a color y decís: “Los quiero conocer”. La gente tiene que investigar para llegar hasta vos, eso tiene su mérito. ¿Por qué pensás realmente que estamos en esta nota? ¿Casualidad? No. Porque realmente estas bandas gustaron. Hay bandas que luchan un montón y nada, porque no tienen nada fresco que ofrecer, tampoco hay que pecar de humildes. Hay bandas que se perdieron por no haber llegado en el momento indicado.
–¿Qué se necesita para que esta renovación musical se afiance? ¿Qué les gustaría que pase en el rock?
Marce: –Que la gente escuche Doris (se ríe).
Chivas: –Me gustaría que el rock se desestanque, que sea más popular, que vayas a ver rock. No hay lugares para tocar, necesitamos tocar para que vean lo que hacemos. Falta una política seria. Vas a tocar a un lugar y al mes siguiente está cerrado. Hace falta una infraestructura durante todo el año para que la gente acceda gratuitamente o por muy poca plata a todos los lugares que hay y que puedan mostrarse dignamente. En La Plata no hay una mierda. Me gustaría que haya una dirección general de música que muestre y exhiba las bandas. Y ahí la gente decide. Eso sería lo más democrático.
Marce: –Sí, romper el monopolio. A la gente no le llega nada. Leen una nota y dicen: “Uy, qué heavy para el músico indie”. Y después ven que toca Airbag y hay una foto re copada, gigante, los chicos tienen onda; y al lado de ellos, una foto con letras chiquititas, que somos nosotros.
Santiago: –También es jodido para todas las bandas. Yo no critico; por ejemplo, a mí, Divididos no me gusta, me parece una cagada, pero también es un laburo para ellos, no es fácil. Yo me acuerdo de cuando Ciro (Pertusi) era gordo y borracho; y ahora lo ves tocar y es como un robot, ahora es lindo, pero repite todos los mismos discos porque, si no, tienen que ponerse a trabajar. Y yo los entiendo, tienen que mantener un nivel de vida, ganar cierta plata. Porque estos pibes tienen que seguir vendiendo discos o pensar en otro negocio. O sea, para nosotros es más difícil tocar, armar una fecha; y para ellos, mantener cierto nivel de vida y seguir vigentes.
Marce: –Este país funciona con fórmulas. Si tenés la fórmula, ya supuestamente estás. Es muy difícil que se agote porque tenés un bombardeo mediático que llega a todos lados y hay un recambio de público y pinta la vuelta de equis banda. La fórmula es lo que nos mata a nosotros, porque somos antifórmula.
Chivas: –Lo que más me molesta es no tener derecho, por ser una banda que está buena, que salió en un par de notas (“Que le gusta a la gente básicamente”, interrumpe Marce), a tocar en un lugar grande. Es un poco lo que pasó en el verano con el gobierno de la Ciudad, que llevó miles de personas y estuvo genial.
Santiago: –Está bueno, pero igual hay que exigir más todavía porque acá tocaron veinte bandas de las miles que hay.
Peter (Los Alamos): –Lo de Estudio Abierto, todo bien, pero me re quejé el día que tocamos nosotros, aunque yo estaba contento de tocar ahí. Después tocó Palo Pandolfo, alto muerto... podría haber tocado otra banda mejor.
Julio: –Es que para subir tenés que tener diez años en la calle.
–¿Apuntan a ser masivos?
Marce: –Me da igual. Me gustaría poder seguir tocando.
Chivas: –Sí, algún día. A mí me gustaría levantarme a las 9 de la mañana y estar tocando, grabando las ideas que se me ocurrieron durante el sueño.
Santiago: –Si una de las bandas que está acá es masiva, para mí es algo bueno, porque quiere decir que pasó algo muy loco y mucha gente empezó a interesarse por las cosas nuevas.
Julio: –Más allá de la música que hagas, estaría bueno llegar a la mayor cantidad de gente posible.
Marce: –Pasa que el público del under o el indie es muy distinto, porque te ve en MTV y dice: “Ah, se vendieron, los agarró Santaolalla”. Y vos no viste un mango. MTV te hace firmar un papel por el cual renunciás a tus derechos para pasar tu video a las 3 de la mañana. Y por más que me veas en los diarios, yo no cobro nada de plata y ahí está el tango.
Peter: –A mí no me interesa ser masivo. Me gustaría seguir haciendo discos copados.
–¿El crecimiento que experimentan los hace sentir las bandas del futuro?
Chivas: –Tendría que surgir un gusto nuevo para que seamos las bandas del futuro.
Peter: –Hasta que apareció Nirvana no pasaba nada, había tecno y un poco de hip hop y el público adolescente americano necesitaba a alguien que se pareciera a ellos, alguien que hable de sus males. Apareció el rubio éste que tocaba la guitarra y decía que el mundo era una mierda. Bueno, acá pasa que hubo toda una crisis que nos dejó a todos tiradísimos y ahora aparecen estas bandas que hacen esta música distinta y es mucho mejor que Fito Páez o Callejeros. Entre los años ‘87 y ‘96 no pasó nada acá, recién ahora hay bandas buenas en Buenos Aires, no te digo por ejemplo en Tucumán o en las provincias. Las bandas que hay ahora son buenas. Y denle bola.
Santiago: –Es que hay un vacío histórico. Cuando llegó Nirvana, todo el mundo los miró, tenía un sonido distinto, fueron re bardeados.
Julio: –Puede ser que ahora esté pasando eso también, por eso tal vez los periodistas nos dan bola, porque estamos hasta las manos de escuchar rock chabón. Igual el público argentino no te legitima cuando no tenés como mínimo diez años de estar tocando.
Chivas: –A mí no me parece que representemos mucho a los pibes, a la gente o a la crisis. No es algo masivo. Eso es lo que me da miedo tal vez, y trato de cambiar y de ver cómo hacer para mimetizarme con el medio. Yo lo dudo, no sé si esto va a andar, no soy muy optimista.
Julio: –Podríamos salir a quejarnos por Cromañón y porque no nos podemos comprar un instrumento porque ahora sale el triple. Podríamos salir con un cartel o cacerola, como hace la Bersuit, pero no, cada uno habla de poesía y habla de lo suyo, nos quejamos, pero a nuestra manera. Estamos proponiendo algo: esto es lo que hago.
Quiosco número tres
–¿Por qué hay que escucharlos? ¿Qué tienen ustedes de bueno?
Marce: –El Mató está bueno (se ríen).
Julio: –Más allá de Bicicletas en particular, pienso que en el rock nacional hay dos bandos: uno del palo Redondos, donde podés ubicar a Los Piojos, La Renga, Las Pastillas; y otro del palo Soda, que podés ubicar hasta a Miranda! Entonces yo pienso que estas bandas, y otras más que no están acá, estamos tratando de generar un quiosco número tres.
Chivas: –Yo creo que Norma, al menos es lo que consigo ver cuando me ubico por fuera de la banda, tiene un mínimo intento de hacer pensar, de reflexionar un poquito y también de mover, sentir la diversión de la música rock; y al mismo tiempo interpretar algo más allá de tu vida cotidiana.
Peter: –Nosotros somos revisionistas en realidad. Agarramos sonidos del pasado que nos gustan, como el blues, el bluegrass. No sé si tenemos mucho que aportar al rock.
Santiago: –Pero es una propuesta nueva.
Peter: –Sí, pero estamos haciendo cosas que se hacían hace 70 años, en realidad.
Santiago: –Yo soy muy feliz con la banda que tengo.
Dicotomía Santaolalla
Chivas: –Supongamos que viene Santaolalla, mira tus temas y dice que están bárbaros, pero que quiere ponerle una chica. ¿Vos qué haces? (“Le pego un voleo en el orto”, se apresura Santiago.)
Peter: –Yo con Santaolalla no trabajaría nunca porque es un ladrón, tendrá Oscar y todo, pero es un ladrón. Pretende cuarenta canciones antes de que vayas a un estudio, eso es de ladrón. ¿Por qué tengo que llevar cuarenta temas?
–¿Pero si viene y dice: “Grabamos, les ponemos una quena a los temas”, y sabés que después vende?
Chivas: –Intentaría que cuaje dentro del sonido que es Norma. Ante todo experimentaría, podríamos probar.
Julio: –Siempre y cuando tengas la última palabra de cómo querés que suene tu disco.
Peter: –Santaolalla no existe, es el productor más grasa del mundo. No da forzar la música, tiene que ser natural. No podés decir: “Voy a cuajar un sikus dentro de Norma”. Norma es rock.
Escena after-chabón
–¿Se consideran dentro de una escena musical?
Marce: –Yo me considero en una escena sólo cuando estoy arriba de un escenario.
Chivas: –Es una forma de marcar qué es lo que está sonando hoy que sea diferente a los tipos que ya están consagrados. En ese aspecto sí, somos una escena al igual que los pibes de Burzaco, unos de Llavallol, otros de Capital.
Marce: –Hay una escena oficial estancada hace 10 o 15 años. Siempre lo nuevo tarda 5 o 10 años más en aparecer. Porque la mayoría de nosotros tenemos varios discos ya editados. Y hay un desfasaje, porque si vos le ponés las fichas a una banda nueva, ahí puede aparecer una escena.
Santiago: –Sí, nosotros pertenecemos a una escena. Es una especie de triunfo. Siempre que hacemos una nota terminamos hablando de lo difícil que es y todo el glamour se pierde. Es la realidad, pero siempre hay que exigir más para estar mejor; para que la escena sea más grande. Nosotros sí estamos en una escena de bandas que están tocando, con propuestas independientes y que hacen algo distinto a los sonidos comunes.
Peter: –Para mí, la música es una forma de ir hacia adelante, nunca quedarte atrás, ni esperar a que te pongan en un nicho: las nuevas bandas o las nuevas propuestas. Ahora no sé si formamos parte de una escena porque cada cual hace la suya, y eso es ir para adelante. Lo que logramos cada vez que hacemos un show es sacar a la gente de la calle. Es una forma de estar juntos y pasarla bien. Creo que los que nos van a ver son parte de una escena. Para mí es súper importante que la gente diga: “Estamos formando parte de algo”. Nosotros somos como el gatillo de toda esa movida, pero no sé si somos parte. No me cabe la movida de encerrarnos en una cosa así.
Chivas: –Nosotros estamos en esta mesa y somos la escena nueva. Pero hay un montón de otras bandas que no llegan a Página/12 y son la escena, y son buenísimas. A nosotros nos viene bien que nos digan: “Son la nueva escena”.
Julio: –Igual nosotros podemos hacernos cargo de ser los representantes, en cuanto a que somos bandas amigas y compartimos un montón de cosas.
SOBRE LA NUEVA GENERACION
El otro rock
Por Roque Casciero
Cada vez que se habla o se escribe sobre el recambio generacional en el rock hay, inevitablemente, una referencia al My Generation de The Who, y se recuerda la frase de Pete Townshend: “Prefiero morir antes que llegar a viejo”. Por supuesto, después se dice que el guitarrista todavía sigue de gira con su banda, ahora que está pelado y tiene más de 60. ¿Tiene sentido plantear hoy en día que “a mi generación no le importa tu opinión”, como lo hiciera Babasónicos hace quince años, cuando padres e hijos (¡y hasta abuelos!) escuchan el mismo “puro rock nacional”? Y... ¡sí! Sucede que hay otro rock. Las cinco bandas convocadas por el NO para esta entrevista no suenan en la radio de Daniel Hadad y probablemente a ningún programador se le ocurra ponerlas jamás. Por lo menos, no mientras sigan cultivando un sonido y una actitud en la que importan más la energía distintiva e instintiva de las canciones que convertirlas en aptas para todo público. Las cinco operan desde los márgenes del circo del rock and roll, transitando un circuito que no coparon los sponsors porque (al menos por ahora) no sería redituable. La influencia de estas bandas no puede ni debe cuantificarse en términos de mercado: quizá dentro de algunos años aparezca un Kurt Cobain argento que hable de los Pixies y Sonic Youth, que fueron para él los El Mató y Bicicletas. Pero tampoco es que el mainstream les quede tan lejos en términos de calidad: tal vez alguna lime ciertas aristas y pueda saltar a “tratar de cambiar al sistema desde adentro”, como cantaba Leonard Cohen. Porque, al fin y al cabo, ¿quién hubiera imaginado que Dárgelos y compañía iban a ser fenómeno de masas en la época en la que el establishment del rock argentino –que tampoco se ha renovado tanto– los miraba como bichos raros?
PERFILES
Ayer, hoy y mañana
El Mató A Un Policía Motorizado. Los platenses inauguraron un nuevo género en el rock de acá: el space rock. En vivo todo es plateado bajo el sonido potente de dos baterías, distorsiones y luces intermitentes. Sus canciones son sencillas y pegadizas, varias estrofas que se repiten compulsivamente. En 2004 sacaron el simple Tormenta roja, de tres temas: Tormenta roja, Sobredosis de droga y Escupime. En 2005 editaron su disco homónimo con diez canciones y al año siguiente, el primero de la trilogía, Navidad de reserva que representa al nacimiento. Ese mismo año grabaron Un millón de euros, y a fin de año saldrá El último día de los muertos. Y de esta forma terminará la serie que grabaron con Discos Laptra.
Doris. Cada uno de los integrantes graba discos solistas. Es común verlo a Nacho (guitarra, batería y voz) como Dj en alguna fiesta o a Liza (guitarra y voz) tocando sola en algún escenario. Otra rareza es que los instrumentos rotan por sus manos, como una forma de seguir su juego y divertirse. En vivo, Doris esparce un caudal teatral que fusiona con psicodelia y locura. En 2002 debutaron con Doris, portador de un sonido crudo y psicodélico que llamó la atención de la prensa, mientras que en 2004 sacaron Doyle, la opereta del gaucho drogado, un disco más acústico y con ritmos bossa nova. Dos años más tarde se fueron a grabar al campo y editaron Achacandá por Ultrapop, disco que tiene sonidos de la naturaleza, pero mantiene la misma lisergia que los anteriores. Meses más tarde editaron Embarazo psicodélico, un EP de tres temas. Ahora están componiendo canciones para grabar un nuevo disco.
Bicicletas. En 2003 grabaron el EP Deslízate naranja, con 6 temas plagados de psicodelia y surrealismo. En 2005 editaron Discover, un EP de covers de The Cure y The Doors, entre otros: “Seis ideas sobre seis canciones que alucinan nuestros shows”, lleva impreso la contratapa. Unos meses más tarde grabaron el EP Ojos (con Oye Niño de Miguel Abuelo entre sus tracks), un anticipo de Bicicletas (2006), el primer larga duración íntegramente producido por Ezequiel Araujo. Antes de fin de año tienen pensando sacar otro EP con cuatro o cinco temas y tener listo otro video más, ya que Ojos está rotando en los canales. Si todo va bien, en 2008 saldría su próximo disco.
Los Alamos. Hicieron el camino inverso: en 2005 debutaron con el disco No se menciona la soga en la casa del ahorcado, y al año siguiente sacaron Emboscada, un EP con seis temas de los cuales dos son en vivo y los demás son covers de Neil Young, East River Pipe, Friends of Dean Martínez y Spacemen 3. Ya estuvieron de gira por Chile, Uruguay y Brasil, además de Córdoba y Tucumán, entre otras provincias. Ahora están terminando de grabar su disco nuevo, y como les sobran canciones (unas diez) las editarán en otro a fin de año.
Norma. Con sólo un CD editado, Rock dos tonos (2005), este trío platense ya auspició su despegue y se hizo conocer a fuerza de un sonido punk a lo Wire y algún recuerdo al Don Cornelio y la Zona más visceral. En el disco cantan su descontento (algo gracioso) cuando ven que su computadora no los tiene en cuenta para el ranking (“A mi computadora no le gusta Norma, porque Norma es para humanos, para infradotados”, canta Chivas en Pc), como si la máquina hubiera cobrado vida desechándolos. Oculta en un rock duro y ramonero, se esconde la intención de hablar de algo más: “Probablemente usen 105 chicos para hacer una remera cocodrilo, 80 niños enfermos corten el molde de tu hermosa zapatilla”, dice la letra de Niños. Entre agosto y septiembre, Norma tiene la esperanza de entrar a grabar su segundo disco.
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